7 dic. 2008

La Visita

Habana ladra. Somos intrusos y quiere espantarnos de su tierra.
Entramos a la casa.
Mi china echa los cuentos como quien fríe tequeños en aceite: ligera, candente.
Tiene espasmos y detiene sus palabras con esos acordes que lleva en las entrañas.
Danzón cubano. Sabor. Nostalgias.
Sueña que vive en una calle que conoce pero que no es suya.
Mi china camina por su palacio y juega con Habana quien la defiende de cualquier ataque; a toda costa.
Canta sin cantar el amor por su hijo que es una mezcla de aqui y de allá.
Bailamos a que somos ella; pero no somos.
- Mima! Saca a esta gente de aquí oye!!!
Nos despedimos de Habana quien ladra ya sin ladrar. Nos vamos sin querer irnos y queriéndonos ir…
como mi china…