20 abr. 2006
PARPADOS ENTREABIERTOS (cuento)
Abrió los ojos.
La luz comenzó a entrar a través de los párpados que apenas dejaban ver las formas de la habitación; un cuadro colgando en la pared, una ventana grande entrecerrada con cortinas espesas, la puertaentreabierta de un baño y más aca, una cama grande y desarreglada en donde ella yacía aun acostada.
Comenzó a espabilarse poco a poco y volteó suavemente la cabeza hasta un tumulto de sábanas que reposaban a su lado. Quedó paralizada un instante y sin saber qué había debajo de esta montaña de telas enredadas decidió levantar cuidadosamente una esquina de cubrecamas con una de sus manos. El cuerpo semidesnudo de un hombre trigueño que permanecía aparentemente dormido, le heló la sien y la hizo saltar asustada a un rincón de la habitación. Vió a su alrededor como tratando de identificar que todavía se le hacía desconocido. Tratando de identificarlo, paseó rápida la mirada por el cuerpo del hombre semicubierto pero con el pasar de los segundos, su mente se sentía más y mñas perdida en el tumulto sin nombre y en el espacio infinito.
-¿Dónde estoy?- Pensó- ¿Quién es este hombre?. ¿Qué hago aquí?. ¿Cómo llegué hasta aquí?, ¿Me habré emborrachado y entonces...?
- ¿Dónde estoy?!!- Esta vez murmuró
Los nervios comenzaron a apoderarse de la mente y las preguntas se multiplicaban como hormigas saliendo del madrigal. Volteó la cabeza hacia su propio cuerpo y se dió cuenta que tenía puesto un mono y una franelilla blanca con la foto impresa de tres niñas bastante parecidas entre ellas. Sin reconocer a ninguna de estas caras, decidió dirigirse hasta el baño con la esperanza de que un poco de agua en el rostro le devolverían el aliento y la memoria. Repetida y abundante agua helada sobre su cara y su pelo, ahora empapados, le devolvieron un poco la cordura. Así. más tranquila y dispuesta a resolver la situación, levantó el torso hasta quedar con la cara frente al pequeño espejo de baño. Los ojos detallaron su propio reflejo y comenzaron a recorrer todo el rostro húmedo que poco a poco, e irremediablemente, transformaba la expresión. De inmediato un hilo de terror puntiagudo y escalofriante recorrió nuevamente la sien pero esta vez con mayor intensidad. Comenzó a lejarse del espejo despavorida y más asustada por lo que estaba comprendiendo: ni siquiera podía acordarse de su propia cara! No sabía quién era! El pavor de verse el rostro y sentirse ajena, distante, extraña, la alejo y casi la expulsó del baño. Las gotas de agua ahora eran sudor. Se aferró a la idea de que todo debía tener una explicación , quizá estaba drogada! quizá estaba soñando!
Enseguida se metió en la cama con la esperanza de que al dormirse y despertarse de nuevo, se daría cuenta de que todo había sido una pesadilla.Cerró los ojos y respiró profundo para retomar la calma, pero la idea de que un desconocido reposaba a su lado, imposibilitaba aun más la tarea. De pronto, el brazo del hombre se desplazó hacia ella hasta rozar su abdomen y entonces, presa del sobresalto, volvió a correr uno de los rincones de la habitación. Su corazón latía más fuerte que nunca y ahora no sabía qué hacer. Con la mirada buscó a su alrededor y vio una maleta grande y gris hacia la cual se dirigió. Sus manos abrieron el cierre sigilosamente. Ropa, dinero, una botella de ron y un pasaporte. Este último llamó su atención. Comenzó a revisar página por página hasta encontrar un nombre y una foto: Fernando Tabares, trigueño de uno 45 años de edad de expresión extraña. -Es él: seguro es él! - pensó. De pronto, un moviento inesperado del hombre bajo las sábanas causó el sobresalto de ella. Se agachó y vió debajo de la cama una cartera. Deslizó su cuerpo debajo de la cama pero su mano no alcanzaba el objeto preciado. Se empujó con los pies más hacia dentro hasta quedar con medio cuerpo debajo de la cama. Su mano izquierda alcanzó la cartera y rápidamente salió de espacio entre le suelo y la cama. Cuando se disponía a abrir la cartera la voz ronca del hombre murmuró:
-¿Qué haces?
Ella quedó paralizada y muda del susto
-Vuelve a la cama!- Dijo él.
La garganta aun petrificada por el miedo, logró emitir un sonido parecido a una palabra.
- Voy...
Sus piernas temblorosas hicieron un esfuerzo supremo por incorporarse y caminar hasta la cama. Sus músculos fríos y tiesos se metieron de nuevo entre las sábanas y resignada a no encontrar respuesta alguna comenzó a llorar sigilosamente. Se sentía sola, perdidad, desamparada, sin cara, sin nombre, sin vida ...sola.
El agotamiento y la acumulación de emociones fueron poco a poco cerrándole los párpados. Quedó profundamente dormida.
Abrió los ojos.
La luz comenzó a entrar a través de los párpados que apenas dejaban ver las formas de la habitación; un cuadro colgando en la pared, una ventana grande entrecerrada con cortinas espesas, la puertaentreabierta de un baño y más aca, una cama grande y desarreglada en donde ella yacía aun acostada.
La puerta entreabierta del baño dejaba ver medio cuerpo de un hombre orinando.
-Francisco- Dijo ella.
- Levántate María que si no perdemos el tren a Praga. ¿LLamaste ayer a las niñas?
- No- dijo ella
- LLámalas, sabes como se pone Rocío cuando no llamamos, después se pone a atormentar a tu mamá. Me voy a bañar, sácame algo que ponerme.
Francisco entró a la ducha y María entro al baño. Con sus dos manos frotó agua helada sobre su rostro y se incorporó hasta quedar frente al pequeño espejo de baño. Era ella misma! Estaba allí, en el espejo! Por fin se había encontrado! Estaba de vacaciones con su esposo con el que tenía casada más de veinticinco años. La foto de las tre niñas en la franelilla era la de sus hijas quienes le habían regalado la franelilla a su madre para que en su ausencia se recordara que la querían.
-María de Tabares- Murmuró ella.
-¿Qué?- Preguntó Francisco.
-Nada, que no te gastes toda el agua caliente. Voy a llamar a Caracas.
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2 comentarios:
Hola Daniela, mi nombre es Juan Valero, periodistas y editor de la página web del Diario Notitarde. Te escribo porque estoy interesado en hacerte una entrevista y hablar de tus cortometrajes en mi columna de cine "Caleidoscopio", puedes escribirme al correo webnotitarde@gmail.com o juaval@notitarde.com, espero tu pronta respuesta.
Carricita, qué buen cuento!.
Échate una apuradita que te queremos pronto de vuelta.
Sebastián.
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