20 dic. 2007

EL PERRO



El perro de la casa se escapo.
Fue a las siete de la mañana cuando Casimir salía del garage. Espero toda la madrugada para fugarse. Se escondió entre los otros autos de la casa para que no lo amarraran. Recordaba con el frío de la madrugada aquel día en que llegó a esa casa. A penas tenía 2 meses de nacido. Tenía ilusion de tener familia, de lamer, de querer y de ser querido. Con el tiempo, la ilusion del hogar cálido desaparecio y su nombre se fue desvaneciendo. Era estorbo; era perro.
Aquella mañana, esperó la salida del sol y entonces sintió miedo. Casimir encendio el auto, tomó el control de la reja automática y presionó el botón de salida. El perro caminó canino con sus varias patas y se acercó al portón. Ni siquiera corrió. Nadie lo vigilaba, nadie lo detenía. Salió por la reja sin mayores estrategias, sin mayores prisas. Casimir retrocedio el auto y cerró la reja automática. Aceleró mientras cambiaba la estación de radio.
Choque. Ruido. Quejido de perro. Llanto. Agonía.
Casimir se bajo del auto y vio a su perro en al pavimento. Temblaba.
Casimir carga al canino… Camisa llena de sangre… Asientos llenos de sangre.
El perro murió.
Casimir enterró al perro en el jardín de su casa. Llora.
Lo quiere mas que nunca.
Lo quiere como nunca lo quiso.
Lo quiere porque no está.