23 jun. 2007

ANGELICA DELIRIUM



Angelica, venida de la pesadilla,
venida del pene gigante que la persigue,
de los dientes gigantes que se la comen,
del barco de plastilina y del ojo incesante,
se levanta sin mas movimientos
que los que hay en un despertar comun
de madrugada y pesadilla cualquiera.

Angélica Delirum delira la lucidez
y se pregunta si aun sigue soñando.
Se toca los brazos y se toca la cara,
se toca los ojos y los obliga a sus dedos.

Angelica se mira en el espejo
y en su habitación no hay espejos.
Toca la cobija que la arropa del frio
y siente la tela como nunca la habia sentido.

La cobija se le convierte en centro,
en el objeto mas especial e invaluable,
no por ser cobija, sino por ser sin querer serlo,
por estar y permanecer a su lado

Angelica delirium delira que dice las palabras prohibidas

Habla con todos y con la nada,
luce como loca si la viesen,
pero en realidad es la cordura la que le abruma.
Rie de dicha extrema porque lo ha resuelto todo
y no ha resuelto nada.

En un pedazo del prodigio de su cobija
se dibujan figuras diversas que le asombran
y que le aterrorizan.
Cierra los ojos y sale corriendo de su delirium.

Busca la tele y se olvida de lo ocurrido.
Se averguenza de si misma
y tambien se enorgulloce por haberlo visto.

Haber visto que?
Se pregunta en voz alta.

Angelica Delirium duerme nuevamente
y en el sueño piensa que está despierta
y que camina cuerda como la gente
y que se arropa con cobijas normales
con las que se arropa la gente.

Si tan solo supiera
que ha vivido por vez primera
la luz y la claridad del espiritu.

Coraje Angélica!

Abre los ojos aunque te petrifiques!
No temas a este mundo!
Levantate!
Despierta!

(fotografia cortesia de internet)